Capítulo 5
El lunes fatídico
Jesús, el nuevo responsable de informática de Farinafina, destinaba todas sus capacidades a solucionar los problemas que la marcha de Antonio había puesto de manifiesto. Francesc, su ayudante, le asistía en todo lo que podía y se apoyaban mutuamente.
Cada mañana quedaban para tomar un café antes de entrar a trabajar. Ello les ayudaba a gestionar y priorizar los temas que tenían abiertos. Eran conscientes de que su gran esfuerzo a veces no era tan apreciado como a ellos les hubiera gustado, pero siempre actuaban de la forma más diligente y profesional posible. Hacían un buen equipo y querían sacar el departamento adelante.
Un lunes fatídico de mayo, al salir de la cafetería, Francesc le dijo a Jesús: “A ver qué nos encontramos hoy.” Era una frase recurrente, una muletilla que, de alguna forma, les ayudaba a liberar sus frustraciones y a encarar una dura jornada de trabajo. Ninguno de los dos se imaginaba qué se les venía encima.
Jesús y Francesc eran de los primeros en entrar a trabajar. Como cada mañana, después de colgar las chaquetas, se sentaban y abrían los ordenadores. Pero esa vez no se abrieron como siempre. La pantalla mostraba un mensaje de alerta que decía: “Su ordenador ha sido encriptado.”
Tardaron pocos segundos en darse cuenta de que habían sufrido un ataque ransomware. La información de toda la empresa había sido secuestrada. De repente, como si fuera un atropello, empezaron a entrar los diferentes jefes de departamento de Farinafina diciendo que no podían trabajar.
Todo el mundo tenía la misma pantalla en el ordenador. Toda la empresa estaba infectada. Todo estaba paralizado. Nadie podía trabajar. Un auténtico desastre informático.
Jaume, el director de Farinafina, no se lo podía creer. Su empresa había sufrido un ataque informático. Era una auténtica pesadilla. Ni en el peor de sus pensamientos se hubiera podido imaginar algo así. De hecho, nunca antes había oído hablar de un secuestro de datos ni de algo parecido. Fue un jarro de agua fría.
Tras más de 18 horas de trabajo ininterrumpido, tras intentar restaurar sin éxito el sistema a través de copias de seguridad e intentar todo tipo de acciones y trucos, Jesús y Francesc estaban en un callejón sin salida. No eran capaces de solucionar el problema, así que recomendaron a Jaume que contactara con una empresa externa especializada en seguridad informática.
Tras varios días tratando de recuperar el sistema, una empresa llamada Galáctica vino expresamente de Madrid y consiguió poner en funcionamiento el sistema de nuevo. Fue una experiencia muy traumática. Se perdió dinero, también gran cantidad de información y quedaron muy mal ante clientes muy importantes.
A ojos de Jaume, Jesús era el culpable de la mayor crisis que Farinafina había sufrido en sus más de 150 años de historia. Jaume despidió a Jesús y empezó a trabajar con la empresa que había venido desde Madrid para solucionar el problema. Francesc se quedó dentro del departamento para realizar tareas de enlace con la empresa Galáctica de Madrid.
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