Nuestros datos personales lo son todo, por lo que conviene protegerlos de la mejor forma posible. Dependiendo de la legislación de cada país, podemos encontrar diferentes fórmulas de protección durante cierto tiempo.
- El protocolo de protección de la Unión Europea Safe Harbor se considera la cúspide de protección de la privacidad a escala mundial.
- En Singapur, la información personal del individuo está protegida incluso hasta 10 años después de que este haya muerto.
- En Canadá, existen varias leyes para proteger nuestros datos: la Ley de Privacidad, que cubre datos de agencias federales y de departamentos gubernamentales, y la PIPEDA (Protección de Información Personal y Documentos Electrónicos).
Todas estas normas y leyes han sido ideadas para evitar que se produzcan robos de datos en el usuario y para establecer un cierto grado de confianza entre el dueño de los mismos y las entidades que los manejan.
Teniendo en cuenta la existencia de estos protocolos, ¿hasta qué punto es valiosa la información? ¡Pues mucho más de lo que parece! Y es que hay personas que pagarían auténticas fortunas por ciertos datos personales:
- Números de tarjetas de crédito: estos números los podemos comprar a partir de 0,50 $, aproximadamente. Ahora bien, en el caso de que esta tarjeta venga registrada con nombres, con números PIN o con cualquier otra información importante, el coste puede ascender entre 2 y 2,5 $ por cada número.
- Cuentas de Yahoo: en 2013 se robaron más de mil millones de registros en cuentas de Yahoo. Una copia de estos registros se vende por una cantidad en torno a los 300.000 dólares por cada copia. Si hacemos los cálculos pertinentes, nos deja un precio muy alto por cada registro en particular.
- Cuentas bancarias: las cuentas bancarias también son vendidas, aunque calcular el valor de las mismas es algo complejo. Su precio va de los 10 a los 70 $, e incluso más, dependiendo de la cantidad de dinero que haya en ellas.
- Registros médicos: los registros médicos se suelen vender por una suma de entre 10 y 20 $ por registro. Estos datos están estrictamente ligados a la información financiera, de ahí su elevada demanda.
¿Qué métodos tiene el usuario para protegerse ante estos robos?
Mecanismos para detectar el fraude
Los bancos implantan toda una serie de medidas para detectar el fraude. Seguro que en más de una ocasión se nos ha impedido usar nuestra tarjeta bancaria debido a algún control de seguridad. La detección de comportamientos anómalos y los sistemas de chip y de PIN ayudan a mantener los fraudes a raya, pero ningún sistema es 100% infalible.
Velocidad: la clave de la detección
Estas medidas de seguridad funcionan cada vez a más velocidad. Ahora se tiene la capacidad de bloquear cualquier transacción en base a parámetros como el lugar en el que se ha hecho la compra y el momento, así como otros parámetros (que el titular de la cuenta puede incluso personalizar).
Antiguamente se recibía un correo o mensaje sobre una actividad inusual; ahora directamente se restringe la cuenta, por si acaso.
Trazabilidad
Para complementar todo lo anterior, ahora también existen métodos para rastrear el punto desde el que se ha producido el robo de datos. De esta manera, no hace falta mucho tiempo para identificar al autor y encarcelarlo. Toda transacción deja un característico rastro digital que las autoridades podrán seguir para llegar al final del asunto.
La información en Internet tiene un determinado tiempo de vida útil, por lo que los ciberdelincuentes tendrán que utilizar toda su imaginación para darle uso antes de ser detectados.
Aunque las medidas de seguridad que nos protegen son muy efectivas, debe prevalecer nuestro sentido común para evitar cualquier tipo de vulneración de datos. Millones de datos son robados cada día, y si no tenemos cuidado, podríamos ser los siguientes.