Mejorar la seguridad informática en nuestros hogares puede ayudar a prevenir incidentes en las empresas. Es por ello, que iniciamos una serie de artículos en los que vamos a recoger algunos consejos para hacer del hogar un entorno más ciberseguro y en concreto, en este primer artículo de la serie, vamos a centrarnos en el router.
Este dispositivo es crucial en la infraestructura tecnológica de nuestro hogar ya que es el punto de conexión a internet y el primer elemento que puede ejercer de barrera frente a ataques ya sean próximos a través del Wi-Fi o lejanos a través de la conexión de ADSL o fibra óptica. Por ello es recomendable realizar las siguientes acciones:
- Utilizar cifrado seguro en las conexiones inalámbricas, como mínimo con WPA2.
- Cambiar la contraseña por defecto de la red Wi-Fi y establecer una lo más compleja posible. Si tienes dispositivos ya conectados y la cambias, deberás volver a introducir la nueva contraseña en cada uno de ellos.
- Ocultar el SSID por defecto de la red Wi-Fi o como mínimo, cambiarlo a uno personalizado para no dar detalles sobre nuestro proveedor de internet. En caso de que lo ocultes, tu red WIFI no aparecerá en la lista de redes disponibles cuando quieras conectar un nuevo dispositivo, por lo que es recomendable realizar esta acción cuando ya tengas configurados todos tus dispositivos.
- Cambiar la contraseña de administración que el router trae de fábrica a una que solo conozcas tu.
- Habilitar el filtrado de direcciones MAC para que solo puedan conectarse los equipos autorizados en una lista predefinida que deberás configurar previamente en el panel de administración del router.
- Activar la red de invitados para dar acceso a internet a visitas si tenemos esta opción en nuestro router. De esta manera podremos proteger nuestros equipos ya que estas visitas se conectarán a través de una subred separada de la nuestra.
- Actualizar el firmware del router a la última versión disponible. Con ello podremos solucionar bugs/fallos o vulnerabilidades en el mismo.
- Desactivar el acceso remoto al panel de administración evitando que un intruso pueda acceder a éste, manteniendo el acceso desde nuestra red local.
- Desactivar el Wi-Fi cuando no lo estemos utilizando (por ejemplo, por la noche o cuando estemos ausentes del hogar). Muchos routers tienen un botón para este propósito y otros muchos permiten establecer franjas horarias donde activarlo o desactivarlo.
Debes tener en cuenta que algunas de estas medidas, aunque protegen tu red doméstica, pueden dificultarte otras tareas (conexión de nuevos dispositivos, diagnóstico de problemas de conectividad, etc…), por lo que puedes llevarlas a cabo en función de tus conocimientos tecnológicos o con la ayuda de personal cualificado.
¿Quieres ayudar a tus empleados a fortificar sus redes domésticas?
Contacta con nosotros: